Julio Boltvinik. La Jornada 29 de mayo 2015
En Consejo Nacional de Universitarios se pueden bajar los índices de los volúmenes y los espléndidos prólogos escritos por Calva. El manifiesto es el segundo producto del CNU y fue presentado ayer a los medios de comunicación. Expresa, de manera muy sintética, los contenidos propositivos de los 18 volúmenes (sin diagnósticos), actualizados cuando el caso lo ameritaba, ya que fueron escritos mayormente entre 2011 y 2012. El manifiesto es producto de un trabajo colectivo, encabezado por Calva, que ha tenido varias etapas (incluido un congreso del CNU realizado el 8 de abril pasado). El manifiesto ha sido firmado hasta ahora por 155 de los miembros del CNU y muchos más lo firmarán en los próximos días. No fueron invitados a firmar los autores que se han convertido en servidores públicos o que son candidatos a puestos de elección popular. Entre los firmantes se encuentran varias decenas de personas muy conocidas en la vida pública más allá de los espacios académicos, pero el manifiesto, como la Colección, representan la visión, fruto del trabajo especializado de muchos años, de una parte importante de la comunidad académica del país, sobre todo, pero no sólo, de ciencias sociales, sobre los grandes problemas nacionales. En el prólogo del documento se hace un corte de caja muy breve y se expresa esperanza (extracto algunas frases):
“No sólo extraviamos el camino del desarrollo, también sufrimos un fuerte deterioro del bienestar de las mayorías nacionales. Durante el periodo 1983-2014, los salarios mínimos perdieron 71.9 por ciento de su poder de compra; los salarios en las ramas de jurisdicción federal sufrieron una caída real de 64.4 por ciento, y los ingresos medios de los campesinos se redujeron más de un tercio en términos reales; se agigantó el sector informal de la economía hasta incluir a 58 por ciento de los ocupados; y más de 30 millones de mexicanos [adicionales] cayeron en la pobreza. Nos enfilamos así hacia una grave pérdida de cohesión social, cuyas manifestaciones son cada vez más alarmantes.
“Saldremos de este túnel oscuro. El estallido de indignación emergido desde muy amplios y diversos segmentos sociales unidos en el clamor de ¡basta ya! es la expresión de la esperanza. ¿Pero qué habrá después de la oscuridad? ¿Cuál es el México posible al que aspiramos y deseamos ver a plena luz? No hay duda: la restauración de la cohesión social, de la convivencia justa y digna entre los mexicanos, exige un magno esfuerzo de inteligencia colectiva, de buena fe y de convergencia de voluntades para encontrar los caminos viables de un México mejor”.
Con la intención de acercarme a una imagen de conjunto de las propuestas del manifiesto, he elaborado un cuadro en el cual he esquematizado la mayor parte de los elementos del contenido del manifiesto, que se divide en ocho secciones más el prólogo. Por limitaciones de espacio, en el cuadro incluí sólo cinco secciones y una de ellas incompleta. En cada sección he escrito el nombre de la misma en la primera columna y, en la segunda, he dividido el contenido en dos partes: el gran reto (o propósito buscado) y las medidas propuestas. Quedaron fuera las siguientes secciones: IV. Cómo financiar el desarrollo económico incluyente, equitativo y sustentable
; V. Cómo lograr una inserción eficiente y digna de México en los procesos de globalización y regionalización
; y VII. Hacer realidad el estado de derecho y construir la democracia en México
. Las dos primeras secciones son casi puramente instrumentales: medios necesarios (muy importantes pero a fin de cuentas, medios). La sección VII, en cambio, la dejé fuera del cuadro porque me pareció que, al menos en el manifiesto, este tema se había quedado corto en cuanto a lo que sería la democracia deseable, lo que se refleja en las tareas por hacer, centradas en la democracia representativa.
En la sección IV se plantean los retos gemelos de transitar a un sistema tributario moderno, capaz de proveer al Estado recursos suficientes para el cumplimiento cabal de sus responsabilidades en el desarrollo económico y social, y de construir un sistema financiero moderno. En ambos casos se proponen medidas eficaces para lograrlo. En la dimensión tributaria se propone gravar un conjunto de situaciones que actualmente no están gravadas, en beneficio de los más ricos y de sus empresas (y de las empresas trasnacionales), como los dividendos, las ganancias bursátiles, las herencias mayores a cierto monto. En la dimensión financiera se propone que el BdeM y la CNBV asuman las facultades que tienen para regular las tasas de interés y las comisiones que cobra el sistema financiero, así como muchas otras medidas muy interesantes. En la sección V lo que se plantea como reto (o propósito) es que México pase de una inserción pasiva en la globalización a una situación en la que México defina internamente, mediante políticas económicas y sociales activas, su propio estilo de desarrollo económico e inserción eficiente y digna en la economía mundial. Espero que el lector obtenga, a partir de la lectura del cuadro, una buena idea del resto de las secciones. Dejo pendiente mi descripción y observaciones sobre la sección VII sobre el estado de derecho y la democracia. El manifiesto carece de una visión explícita de todo lo que requiere trabajo adicional para hacer evidente algo que quedó claro en la presentación a la prensa de ayer.
¿Podrá el Manifiesto (y los productos complementarios que se elaboren) ser un catalizador del cambio que tanto necesitamos y que está en él tan bien planteado?