El rector de la UNAM critica que no se cuente con proyectos que beneficien el desarrollo.

EMIR OLIVARES ALONSO
La Jornada, viernes 24 de agosto

El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente, criticó la labor de las autoridades mexicanas al no contar con proyectos que beneficien el desarrollo del país: “Me pregunto una y otra vez: ¿dónde está el Estado mexicano, dónde ha estado?, si éste no va a asumir sus responsabilidades en educación, salud y seguridad, ¿para qué queremos un Estado?”.

Ante los argumentos oficiales de que la economía mexicana avanza, De la Fuente refutó: “Durante los últimos años venimos escuchando una y otra vez que la economía mexicana venía creciendo al 3 por ciento, al 3.2, que ahí veníamos, pues sí, nada más que en el año 2000 éramos la novena economía (mundial) y ahora somos la decimoquinta”.

Al recibir la escultura Sémina Mottum, máximo reconocimiento otorgado por El Colegio de México, De la Fuente subrayó que en el ámbito educativo, en México, el nivel superior está limitado por un discurso oficial que no se traduce en apoyos económicos, lo que refleja falta de compromiso:

“¿Es o no prioritaria la educación en México?; si es prioritaria, ¿dónde están los compromisos expresados cabalmente en términos de recursos y presupuestos? No se puede pensar que vamos avanzando cuando en realidad no lo hacemos, porque son avances relativos”, aseveró.

Durante su participación en el seminario La educación que tenemos y la que requerimos, el rector de la máxima casa de estudios indicó que cuatro son los ejes “centrales” para analizar el presente y futuro de las universidades en México: cobertura, calidad, financiamiento y pertinencia.

En ese sentido indicó que tras los recientes reconocimientos internacionales, la UNAM es una muestra de que las dos primeras pueden conjugarse, por lo que refirió que un verdadero proyecto de Estado sería que en 10 años al menos media docena de universidades públicas mexicanas estuvieran entre las 100 mejores del mundo.

“Atrás quedó el mito de que las universidades masivas eran de mala calidad y las pequeñas eran de buena calidad, o que las universidades públicas eran de mala calidad y las privadas de buena; no es cierto, no hay un solo dato que lo sustente”.

En México, la cobertura en educación universitaria es “inequitativa e insuficiente”, pues tres de cada 10 jóvenes tienen acceso a ese nivel. “La verdad de las cosas es que tener una cobertura de un 23 o 24 por ciento -y no peleo por una décima, a lo mejor al rato nos dice (el subsecretario) Rodolfo Tuirán que ya estamos en 25 por ciento- da lo mismo. El problema es que menos de siete jóvenes en edad de tener acceso a la educación superior en México acceden a ella, y desde luego esto nos lleva a la pregunta: ¿Y dónde están? Si no están en el sistema educativo una mala noticia es que muchos de estos jóvenes forman parte de estos migrantes que el país expulsa año tras año”.

Sobre el ámbito cualitativo, De la Fuente subrayó que de nada serviría tener cantidad sin calidad; en ese sentido criticó la labor de algunas instituciones privadas que fungen más como negocio que como verdaderas universidades, pues el reto “doble” para México, consideró, es tener muchas escuelas de educación superior de buena calidad.

Por ello hizo un llamado a contar de manera urgente con más universidades masivas de buena calidad, porque sólo con ello México podrá salir del rezago educativo en el que se encuentra.

En cuanto al financiamiento, De la Fuente expresó que las asimetrías con instituciones de países desarrollados “son verdaderamente impresionantes”, pues en universidades de Estados Unidos o Europa además de generar sus propios recursos, reciben dinero de sus estados, y pese a ello están preocupadas.

Citó el informe de la secretaria de Educación estadunidense, Margaret Spellings, quien reveló que el año pasado Estados Unidos únicamente graduó 80 mil ingenieros, en comparación con los 350 mil graduados en la India y los 600 mil de China. “La preocupación está en todas las latitudes, está en Asia, en Europa, en los consorcios comerciales; y en mi país; honradamente la veo más limitada a la retórica oficial que a los programas específicos”.

Finalmente, dijo que el cuarto eje para ese nivel educativo tiene que ver con la pertinencia de lo que se enseña, en el sentido de si se están o no formando los recursos humanos que se requieren en la coyuntura actual; en torno a la situación de las universidades mexicanas, “salvo contadas excepciones”, consideró que se continúan formando los cuadros tradicionales, lo que nos deja a la zaga.

Sin embargo, acotó que reducir la pertinencia a las necesidades del mercado sería “un error gravísimo”, porque si se permitiera, los mercados impondrían la agenda educativa. “La educación es uno de los últimos diques que no se han sometido dócilmente a las leyes del lucro mayor. México necesita aquí por supuesto ingenieros, científicos, nuevas carreras cada vez más sustentadas en desarrollos tecnológicos; pero sigo pensando que a lado de ellos México sigue necesitando filósofos, poetas, directores de teatro y científicos sociales”, disciplinas que requieren urgentemente un renovado apoyo en el contexto nacional.

Ante esta serie de críticas, Roldofo Tuirán, subsecretario de Educación Superior de la SEP, reconoció como certeras las palabras del rector, pues el presupuesto en la materia es insuficiente para elevar la cobertura en ese nivel educativo, ya que actualmente sólo 25 por ciento de los jóvenes accede a ese nivel y para incrementarlo a 45 por ciento para el año 2020 se requeriría invertir tres veces más de lo que actualmente se invierte.


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