Asamblea Popular: Un paso adelante rumbo a la organización

Para el próximo año, los luchadores y luchadoras del pueblo asumieron algunos compromisos para fortalecer la lucha hacia el Brasil que queremos construir:

“1. Luchar por una reforma política de hecho, que cambie el
proceso de representación política, pues “la democracia jurídico-
formal en este país (y en muchos otros) no es sino el soporte
institucional del neoliberalismo económico, cuyos señales de
agotamiento se multiplican por doquier. De ahí la necesidad de
crear y fortalecer nuevos canales, instrumentos y mecanismos de
una democracia directa y participativa, en la que los ciudadanos y
ciudadanas puedan controlar y fiscalizar a las diversas instancias
del Estado.(Pe. Alfredo Gonçalves).

2. Auditoría y suspensión del pago de la deuda externa. Brasil ya
pagó más de una vez su deuda externa. Es urgente y necesaria la
auditoría de la deuda externa.

3. Luchar por la revalorización del salario mínimo y de las
jubilaciones. Esta es la mejor forma de garantizar la distribución
de renta, pero el gobierno ya envió un proyecto al Congreso,
proponiendo un salario de 324 reales para el 2006.

4. Luchar por el derecho al trabajo y por la reducción de la jornada
de trabajo: necesitamos desarrollar una lucha por el derecho al
trabajo, en especial para los jóvenes de la ciudad y del campo.

5. Luchar contra el pago de la deuda interna y los altos intereses
con dinero del presupuesto público, que es nuestro. El gobierno
usa el dinero del pueblo para transferir a los bancos. Esto debe
acabar.

6. Luchar por una política externa soberana basada en el principio
de la solidaridad entre los pueblos y en la defensa de la
biodiversidad; contra los acuerdos del ALCA y de la OMC; por la
retirada de las tropas brasileñas en Haití; por el fin de las
explotaciones (petroleras) por parte de Petrobrás y de otras
empresas brasileñas en los países vecinos; movilizarse por la
adhesión a la Alternativa Bolivariana de las Américas, ALBA.

7. Luchar por la educación pública gratuita y de calidad para
todos, garantizando el acceso a la educación básica y media para
todos y duplicando los cupos en las universidades públicas.

8. Realizar una jornada nacional por la reforma agraria y en
defensa del agua articulada con las luchas por la demarcación de
todos los territorios indígenas y quilombolas; por un nuevo modelo
de desarrollo agrícola; por una agricultura libre de transgénicos;
contra la privatización del agua, sumándose a la campaña por la
revitalización y contra el trasvase del río San Francisco.

9. Luchar para que los recursos del presupuesto público, sean
destinados prioritariamente a las políticas sociales, como salud y
educación; proponer mecanismos de control popular sobre las
políticas públicas; programar jornadas nacionales en defensa de
las políticas públicas.

10. Promover una jornada nacional de lucha por la
democratización de los medios de comunicación; estimular a
todos los medios y prácticas de comunicación popular,
comunitarias y libres; combatir el actual monopolio de los medios
de comunicación; sumarse a la semana de luchas por la
democratización de los medios de comunicación a realizarse a
partir del 17 de octubre de 2006”.

A partir de ahora, la Asamblea Popular será permanente. Los
documentos que fueron aprobados en la Asamblea, principalmente
el documento “El Brasil que queremos”, se editará como cartillas
para discutir y organizar al pueblo. Se realizará un verdadero
mutirão (1) (trabajo colectivo) casa por casa para formar y
concientizar al pueblo. Teniendo como ejemplo los mutirãos de
formación de los plebiscitos sobre la deuda y el ALCA, los
articuladores regionales y provinciales van a realizar un incansable
“trabajo de hormiguita” para construir “el Brasil que queremos”

Luiz Bassegio & Luciane Udovic. ALAI-AMLATINA 31/10/2005, São Paulo.- Convocados por la 4ª Semana Social Brasileña y por la Campaña Jubileo Brasil, cerca de 8 mil personas se reunieron en Brasilia D.F., del 25 al 28 de octubre, para debatir los principales problemas de nuestro país y buscar alternativas, apuntando hacia la construcción de un proyecto popular alternativo a ser impulsado en la práctica y a largo plazo. La confluencia de estas dos redes, es fruto de un largo trabajo asociativo. A pesar de las muchas dificultades relacionadas con los recursos financieros, la infraestructura y las condiciones climáticas del Distrito Federal (caliente y seco), todos y todas salieron animados/as y con nuevos bríos para continuar en la lucha por un nuevo Brasil.

Los momentos más intensos y emocionantes de la Asamblea se
vivieron durante las místicas realizadas por las mañanas, antes del
inicio de los trabajos. En ellas se plasmaron las expresiones
culturales de nuestro pueblo: danzas, músicas, poesías, coreografías, en un escenario muy colorido. Negros, indios, jóvenes, luchadores y luchadoras mostraron a través del arte, la historia de opresión y resistencia del pueblo brasileño. Todo esto elevó el ánimo y la fuerza de los participantes que, al llegar a la Asamblea, se mostraban bastante decepcionados y desesperanzados por la política del gobierno popular por el cual, la mayoría trabajó mucho para que sea elegido.

Otro punto de destaque fue el protagonismo de los actores sociales. No fueron las autoridades o los dirigentes, quienes daban los discursos o dirigían el proceso. Fueron los movimientos sociales, las mujeres, los jóvenes, indios, quilombolas, desempleados, cartoneros, etc. quienes construyeron el proceso. Las autoridades presentes, eclesiales y de la sociedad civil, participaron desde las gradas, oyendo y apoyando lo que los luchadores del pueblo decían y proponían para cambiar Brasil.

Durante toda la asamblea se evidenció la necesidad de romper con
el actual modelo económico. Aunque la propuesta de la Asamblea
no fue la de discutir sobre el gobierno de Lula, fue inevitable que se
identifique a su política económica como la gran causante de la
mayoría de los problemas sociales que enfrenta la población. En
ningún momento hubo disputa de tesis, de micrófono, de protagonismo o de hegemonía del proceso. Todo fue construido a
partir del consenso, que es una de las principales características
de la Asamblea Popular.

Tal vez el salto de calidad más importante de la Asamblea haya
sido el avance en el proceso de articulación. Cada entidad o
movimiento comprendió la necesidad de involucrarse en lo
específico de su categoría, pero sin perder de vista una agenda
común y un calendario de luchas unificado. Se hizo evidente que
el problema de los sin-tierra interesa a los profesores, que la
problemática de la educación interesa a los metalúrgicos, que el
desempleo y el trabajo informal es preocupación de todos.
Finalmente, como norma, cada movimiento puede dedicar un 60%
de su tiempo y energías a las cuestiones específicas, pero al menos un 40% debe ser dedicado a causas comunes, más amplias y que interesan a todo el pueblo brasileño.

Fuera Bush

Otro momento de gran unidad y fuerza de la Asamblea fue la
marcha “Fuera Bush – Enemigo Nº 1 de la Humanidad” realizada al
final de la tarde de miércoles 26 de octubre. Su objetivo fue
repudiar la presencia del carnicero Bush en Brasil, prevista para el
próximo 6 de noviembre, después de participar de la IV Cumbre de
las Américas en la ciudad de Mar del Plata, Argentina, que se
llevará a cabo del 3 al 5 de noviembre. Lula tiene previsto en su
agenda un almuerzo con Bush en Brasilia, en Granja do Torto.
Otras marchas vendrán.

Los datos

Los participantes, en el momento del análisis de la coyuntura, se
dieron cuenta de que la realidad que vive el pueblo, es la misma
que en la mayoría de los países del mundo. La Carta de la
Asamblea analiza de esta forma nuestra situación:

“El escenario mundial revela que, a pesar de los avances
tecnológicos, se profundizan las desigualdades sociales. El
‘progreso’ no sirve a la mayoría de la población. Crece el número
de pobres y se agravan sus condiciones de vida, excluidos de
oportunidades, mientras una minoría de banqueros, especuladores
y grandes empresarios acumula privilegios, concentra fortunas y
dirige el mercado financiero, que es el principal culpable de las
nefastas políticas neoliberales.

“La situación brasileña no es diferente. El uno por ciento de la
población controla y dispone del 13% de la renta nacional, ¡el
mismo porcentaje con que sobrevive la mitad de toda la población!
El uno por ciento de los propietarios concentra más del 46% de las
tierras cultivables. En las ciudades, el 1% de los propietarios
controlan más de la mitad de los lotes, mientras miles de
personas son perseguidas por luchar por un terreno para vivir. En
materia de educación, aún existe una considerable cantidad de
analfabetos en Brasil y menos del 8% de los estudiantes llegan a
las universidades, siendo que la mayoría viene de las escuelas
particulares. El hambre es una vergonzosa realidad en nuestro
país y el desempleo, el subempleo y la informalidad son
alarmantes. Millones de personas, sobre todo jóvenes y mayores
de 40 años, viven sin garantías, sin protección del Estado y
abandonadas a su propia suerte. El acceso a la salud es
restringido a unos pocos, por falta de inversiones públicas,
mientras vemos que fortunas se escapan por el hueco de las
obligaciones de la deuda y la corrupción”.

Las causas

Durante la Asamblea se analizaron también las causas de la
pobreza, de la exclusión y de la falta de oportunidades de la
mayoría de nuestro pueblo. Entre las principales se destacan:

“La elevada remuneración del capital, gracias la vigencia de las
tasas de interés más altas del mundo, traspasando gran parte de
la riqueza nacional al sector financiero, que ha obtenido las
ganancias más elevadas de todos los tiempos; la explotación del
trabajo infantil, del trabajo esclavo y de toda la clase trabajadora,
por medio de salarios reducidos y un salario mínimo indigno; las
distorsiones del sistema tributario, que privilegia a los ricos y
castiga a la clase trabajadora, principalmente a los trabajadores y
trabajadoras de baja renta. El sistema tributario debería ser el
principal instrumento para la redistribución de la renta. Deberían
tributar los grandes capitales, utilidades, fortunas, herencias y
latifundios, y destinar esos recursos a garantizar políticas y
servicios públicos de salud, educación, deporte, seguridad,
saneamiento, asistencia, sanidad, cultura, recreación, etc.; la
concentración de la propiedad de la tierra, de los medios de
producción, y la ausencia de una política agraria sustentable que
garantice su democratización a través de la Reforma Agraria,
además de la demarcación de las tierras indígenas y quilombolas;
la ausencia de inversiones públicas que prioricen iniciativas
comunitarias y cooperativas de economía popular solidaria, de
pequeñas y medianas empresas, especialmente de las empresas
autogestionadas. Ausencia también de infraestructura para
mejorar la vida del pueblo, lo que podría generar innumerables
empleos e impulsar la economía del país, ya que las políticas
compensatorias, como Hambre Cero, son insuficientes; privilegios
para el pago de las obligaciones de las deudas, tanto interna como
externa, que consumen gran parte del presupuesto público y de
los impuestos a las exportaciones. La deuda pública es el telón
de fondo de los grandes problemas nacionales; la impunidad para
los violadores de los derechos humanos y la creciente
criminalización de los pobres y de los movimientos sociales; la
concentración de los medios de comunicación, bajo el dominio
directo de pocas familias, bajo los objetivos de diputar la opinión
pública y educar ideológicamente a la población, a partir de la
visión de las élites”.

Nuestros próximos pasos

Para el próximo año, los luchadores y luchadoras del pueblo
asumieron algunos compromisos para fortalecer la lucha hacia el
Brasil que queremos construir:

“1. Luchar por una reforma política de hecho, que cambie el
proceso de representación política, pues “la democracia jurídico-
formal en este país (y en muchos otros) no es sino el soporte
institucional del neoliberalismo económico, cuyos señales de
agotamiento se multiplican por doquier. De ahí la necesidad de
crear y fortalecer nuevos canales, instrumentos y mecanismos de
una democracia directa y participativa, en la que los ciudadanos y
ciudadanas puedan controlar y fiscalizar a las diversas instancias
del Estado.(Pe. Alfredo Gonçalves).

2. Auditoría y suspensión del pago de la deuda externa. Brasil ya
pagó más de una vez su deuda externa. Es urgente y necesaria la
auditoría de la deuda externa.

3. Luchar por la revalorización del salario mínimo y de las
jubilaciones. Esta es la mejor forma de garantizar la distribución
de renta, pero el gobierno ya envió un proyecto al Congreso,
proponiendo un salario de 324 reales para el 2006.

4. Luchar por el derecho al trabajo y por la reducción de la jornada
de trabajo: necesitamos desarrollar una lucha por el derecho al
trabajo, en especial para los jóvenes de la ciudad y del campo.

5. Luchar contra el pago de la deuda interna y los altos intereses
con dinero del presupuesto público, que es nuestro. El gobierno
usa el dinero del pueblo para transferir a los bancos. Esto debe
acabar.

6. Luchar por una política externa soberana basada en el principio
de la solidaridad entre los pueblos y en la defensa de la
biodiversidad; contra los acuerdos del ALCA y de la OMC; por la
retirada de las tropas brasileñas en Haití; por el fin de las
explotaciones (petroleras) por parte de Petrobrás y de otras
empresas brasileñas en los países vecinos; movilizarse por la
adhesión a la Alternativa Bolivariana de las Américas, ALBA.

7. Luchar por la educación pública gratuita y de calidad para
todos, garantizando el acceso a la educación básica y media para
todos y duplicando los cupos en las universidades públicas.

8. Realizar una jornada nacional por la reforma agraria y en
defensa del agua articulada con las luchas por la demarcación de
todos los territorios indígenas y quilombolas; por un nuevo modelo
de desarrollo agrícola; por una agricultura libre de transgénicos;
contra la privatización del agua, sumándose a la campaña por la
revitalización y contra el trasvase del río San Francisco.

9. Luchar para que los recursos del presupuesto público, sean
destinados prioritariamente a las políticas sociales, como salud y
educación; proponer mecanismos de control popular sobre las
políticas públicas; programar jornadas nacionales en defensa de
las políticas públicas.

10. Promover una jornada nacional de lucha por la
democratización de los medios de comunicación; estimular a
todos los medios y prácticas de comunicación popular,
comunitarias y libres; combatir el actual monopolio de los medios
de comunicación; sumarse a la semana de luchas por la
democratización de los medios de comunicación a realizarse a
partir del 17 de octubre de 2006”.

A partir de ahora, la Asamblea Popular será permanente. Los
documentos que fueron aprobados en la Asamblea, principalmente
el documento “El Brasil que queremos”, se editará como cartillas
para discutir y organizar al pueblo. Se realizará un verdadero
mutirão (1) (trabajo colectivo) casa por casa para formar y
concientizar al pueblo. Teniendo como ejemplo los mutirãos de
formación de los plebiscitos sobre la deuda y el ALCA, los
articuladores regionales y provinciales van a realizar un incansable
“trabajo de hormiguita” para construir “el Brasil que queremos”.
(Traducción: ALAI)

– Luiz Bassegio y Luciane Udovic forma parte de la Secretaría
Continental del Grito de los Excluidos Continental – Por trabajo,
Justicia y Vida-

1) Mutirão significa trabajo colectivo, equivale a la palabra kichua
Minga del mundo andino. (NDLT)


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