“Nosotros no queremos solamente ser gobierno, también queremos ser poder para llevar adelante la nacionalización de los hidrocarburos y hacer los cambios que exigen los bolivianos”

La Jornada. Jaime Avilés, enviado. Cochabamba, Bolivia, 2 de octubre. Si el Poder Legislativo pospone las elecciones generales del próximo 4 de diciembre, “de todos modos nosotros iniciaremos nuestra campaña el 12 de octubre en La Paz, y si los partidos neoliberales deciden retrasar los comicios, nosotros de una vez les decimos que sólo van a retrasar su derrota histórica”, afirmó hoy aquí Evo Morales, candidato presidencial del Movimiento Al Socialismo (MAS), que encabeza todas las encuestas de preferencia.

A menos de 48 horas de que el Congreso decida el martes si el país acudirá a las barricadas o a las urnas, el dirigente cocalero reapareció públicamente esta tarde aquí, en una escuela de la comunidad indígena de Tiquipaya, en la periferia de Cochabamba, después de una gira de una semana por Madrid y París, ciudades en donde advirtió que los sectores derechistas de Bolivia no descartan la opción de un golpe de Estado para frenar el ascenso de la opción política que él representa.

Lejos, sin embargo, del tono alarmista que empleó en Europa, hoy derrochaba buen humor y confianza en que la sentencia emitida el pasado 22 de septiembre por el Tribunal Constitucional -el equivalente a la Suprema Corte de este país-, no alterará el calendario cívico acordado apenas en julio por todas las fuerzas políticas para lograr una salida pacífica y duradera que ponga fin a cinco años de zozobra e inestabilidad, así como al peligro de una guerra civil.

“Nosotros no queremos solamente ser gobierno, también queremos ser poder para llevar adelante la nacionalización de los hidrocarburos y hacer los cambios que exigen los bolivianos”, subrayó, en clara alusión al discurso, cada vez más generalizado en círculos intelectuales de Sudamérica, el cual sostiene que el presidente Luiz Inacio Lula da Silva llegó al gobierno de Brasil mediante el voto, pero no ha podido tomar el poder político para aplicar su programa de transformaciones económicas y sociales.

Para salir al paso de las críticas de la ultraderecha, que tratan de espantar al elctorado de clase media con el fantasma del racismo, vaticinando que sería un presidente “indígena” y por ello “enemigo” de los “blancos”, hoy, ante unas 500 personas, todas ellas de origen aymara, exaltó “la unidad en la diversidad” y dijo que “en esta lucha estamos todos, los morenos y los rubios, los estudiosos y los que no fueron a la escuela porque esa mezcla es Bolivia”.

Contra nosotros

La sentencia del Tribunal Constitucional, que repentinamente ordenó una redistribución de los asientos que le corresponden en la Cámara de Diputados a cada uno de los departamentos (estados) del país, y que le restaría representantes populares a las ciudades de La Paz, Oruro y Potosí en la región de los Andes, aumentando a su vez los que le tocan a Santa Cruz de la Sierra, “está muy bien”, opinó sorpresivamente aquí Evo Morales.

“Si el censo de 2001 dice que mucha gente de los Andes ahora vive en Santa Cruz y que por eso Santa Cruz debe tener más diputados, está muy bien, pues, que se aplique. Lo que yo pregunto es por qué si el censo es de 2001 esos cambios no se hicieron para las elecciones de 2002. Y todos sabemos que si los aplican ahora es porque ahora vamos adelante en todas las encuestas y los neoliberales saben que inevitablemente van a perder”, explicó.

“Pero eso no nos afecta. Hoy las encuestas dicen que vamos a ganar con 38 por cierto. Qué bueno que digan eso, pero todavía no es suficiente. Tenemos que ganar con 60, con 70 por ciento, para que de veras empiecen los cambios”, agregó, consciente de que según la ley electoral en vigor, si ninguno de los candidatos obtiene 50 por ciento más uno de los votos, los diputados en el Congreso, por mayoría simple, designarán al futuro presidente, lo que no lo favorecería ni mucho menos.

Evo recordó a este respecto que semanas atrás, la embajada de Estados Unidos en Bolivia llamó al segundo candidato presidencial de la derecha, Samuel Doria Medina, y le pidió que renunciara en favor del ex presidente Jorge Quiroga, de la coalición Podemos, para unificar a todas las fuerzas conservadoras en contra del MAS. Pero Doria Medina se negó.

Al fallarles esa maniobra, dijo Morales brevemente a este enviado, “sacan ahora lo del Tribunal Constitucional para crear problemas y ver si pueden retrasar los comicios, pero nosotros les decimos de una vez que sólo retrasarán su derrota histórica”. Las palabras del dirigente, que vestía camiseta a rayas, pantalón oscuro y huaraches sin calcetines, parecen hacerse eco de la enérgica declaración que el sábado por la noche hizo el presidente de la república, Eduardo Rodríguez Veltzé, al advertir a la clase política en un mensaje transmitido por cadena nacional, que “en el momento en que se aplacen los comicios” renunciará a su cargo porque no está dispuesto a encabezar el gobierno de un país “dividido”.

Con un estado de ánimo que hoy reflejaba aparentemente la certeza de que sí habrá elecciones el 4 de diciembre y triunfará en las urnas, Evo Morales vino a Cochabamba a invitar a sus partidarios al gran acto del próximo martes 12 en La Paz, donde, anticipó, estarán presentes “más de 10 mil campesinos” de la región cocalera del Chapare, a 200 kilómetros de esta ciudad, dentro de la Amazonia, así como mil músicos tradicionales del departamento de Oruro.

“Querían venir cinco mil pero no hay lugar para tantos”, aclaró, y luego se puso a recordar cómo el MAS ya es percibido por la población como “el instrumento político del cambio”. En 1995, dijo, “yo le rogaba a los compas que fueran candidatos a senadores, pero nadie quería; hoy hasta se pelean por los puestos, porque saben que ahora somos opción de triunfo”. A este respecto evocó una anécdota de su ex aliado, el líder fundamentalista Felipe Quispe.

“El me decía, mirá, Evo, los candidatos los tenemos que designar nosotros porque las bases se equivocan, yo no confío en las asambleas barriales. Y yo creo que yo tengo que ser el candidato a la presidencia porque tú eres chico nomás, todavía eres niño”, lo imitó, muerto de risa, aludiendo a la ruptura que hoy divide a ambos dirigentes, a tal grado que Quispe no hará campaña electoral en el Chapare y tratará de impedir que Morales visite la zona del lago Titicaca, donde él ejerce el control.


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