La institución y la organización: una visión negativa y positiva de lo social [1]

Susana López Guerra

La institución y la organización: una visión negativa y positiva de lo social. (Publicado originalmente en: Revista Digital masEducativa, No. 5. Granada, España. 5 de marzo, 2002. Política educativa en México: La institución y la organización, una visión negativa y positiva de lo social”. http://www.maseducativa.com/webs/ susanalopezg/institucion/institucion_organizacion.htm)

Para el grupo 5º B del semestre: septiembre 2001 a febrero 2002

El Análisis Institucional es una disciplina sociopolítica donde convergen diversas ciencias con las que construye su objeto de estudio: el inconsciente institucional.

Del psicoanálisis toma el descubrimiento de una producción del inconsciente en relación con procesos de represión vinculados a conflictos, pero a diferencia del inconsciente psicoanalítico, el análisis institucional, alude a procesos sociales del desconocimiento de lo político y no a procesos intrapsíquicos. El inconsciente institucional se ubica en el campo de lo político reprimido y olvidado, su análisis corresponde a la ideología y a las relaciones sociales.

La filosofía del derecho de Hegel [2] , es otra fuente teórica básica de ahí se retoman los tres momentos de la institución: el de la universalidad, el de la particularidad y el de la individualidad. En el caso de la universalidad se sitúa lo instituido, en el momento de la particularidad lo instituyente y en el de la individualidad la institucionalización que es la síntesis de lo instituido y lo instituyente, así como su mediación.

Para la comprensión de la formación e institución de los grupos recurre a la escuela sociológica francesa, a la psicología social y de los grupos, y al psicodrama de Moreno así como a la teoría de las organizaciones. Esto es así porque en las prácticas de formación, el colectivo e intervenciones institucionales suceden con y en grupos y estos son parte de las organizaciones, donde el grupo se encuentra igualmente construido como objeto de conocimiento.

Retoma críticamente la teoría de la organizaciones tales como la teorización sobre los fenómenos de poder, los procesos internos de cambio y resistencia al cambio de los grupos y las compulsiones de la burocracia, ya que la organización es descrita en la teoría de las organizaciones como “grupo de grupos” o como el gran grupo organizado. Los objetivos de la organización se logran a través del empleo de ciertos medios, y las dificultades para el logro de los mismos son conceptuadas como disfunciones, sujetas a terapia social, para lo cual se propone el análisis estructural y funcional de la organización.

Los analistas institucionales interrogan: ¿qué es una función social u organizacional? A diferencia de los sociólogos funcionalistas positivistas responden que existen además de las funciones visibles, positivas las invisibles negativas. “La fábrica tiene por función visible producir automóviles o gas natural, pero ante todo tiene por función invisible producir ganancias” [3] . Por lo cual sostienen que el objeto empírico positivo, lo explícito de la organización, es la función oficial. En el curso de las investigaciones analíticas institucionales se trabaja con la hipótesis de que la institución es lo invisible, lo implícito, lo negativo de lo empírico, por lo cual,  la institución es el inconsciente político de la sociedad.

El análisis de las relaciones de producción no son inmediatamente visibles, por lo que hay que develar la cara oculta de estas relaciones, lo reprimido social. Para hacer accesible el sentido oculto de lo reprimido social es necesaria la interpretación para develar este sentido, que es siempre el fundamento de las instituciones. De ahí su método de indagación.

El conocimiento del inconsciente político de la sociedad, la institución, implica la intervención. En una situación experimental de consulta las dimensiones de análisis comprende tanto la organización como la institución, entonces es cuando el análisis institucional se convierte en socioanálisis.

Para Mariano Ortega, hay que diferenciar en el análisis de la realidad organizacional cinco niveles:  El nivel racional, el estructural, el relacional, el político y el simbólico [4] .

a). El nivel racional. Implica los fines de la organización donde medios y fines se articulan mediante la lógica de la eficiencia y la efectividad, con insumos y productos, en un esquema lógico de estructuración formal.

b). El nivel estructural. Permite comprender la estructura y los procesos de la inserción de los individuos mediante el establecimiento de normas de conducta organizacional.

c) El nivel relacional. Se considera la adecuación que existe entre las funciones de carácter formal de la organización y las necesidades de las personas, los intereses, aspiraciones, motivos, metas, así como el análisis de las interacciones informales y las normas de conducta que se deriva de tales interacciones.

d). El nivel político. Se analizan la convergencia de intereses y  el conflicto por la consecución de la supremacía entre individuos y grupos por la búsqueda del poder.

e). El nivel simbólico. Tiene que ver con los aspectos que legitiman o confirman la pertenencia al grupo o a la organización, con los rituales y ceremonias comunitarias que dan sentido de identidad.

La otra dimensión que concurre para la explicación de la propuesta indagatoria y de investigación es la de orden estrictamente institucional, concepción energética y hermenéutica para el quehacer institucional. Implica la lectura institucional como doble efecto de fuerzas y de sentidos. En la investigación activa del inconsciente institucional de una organización dada, se presentan resistencias, rechazos, defensas, transferencias, cuyo fondo siempre es el Estado, definido ya como el condensado de la economía y de las demás instancias, como resumen de la formación social, y como el punto de encuentro y sobredeterminación de todas las transversalidades sociales.

La línea vertical de la institución, las relaciones de poder piramidal, es lo instituido y la horizontal, las relaciones de paridad, lo instituyente que niega los vínculos institucionales como es el caso de la “nueva” sociología de las organizaciones y la psicología humanista, rogeriana, gestaltista, y algunas  propuestas de autogestión. Las relaciones verticales y horizontales de los grupos que conforman la organización definen la transversalidad,  por ello el grupo como tal se define en oposición tanto a la verticalidad como a la horizontalidad.

La transferencia institucional es la estructura de la organización que es objeto-soporte ya sea material, técnico o simbólico, de aquello que ocurre en la vida del grupo para los sujetos implicados.

La segmentaridad son los grupos de referencia y  sistemas de pertenencia, otras instituciones que traen los individuos al grupo, tales como la familia, el sindicato, la escuela, la iglesia, grupo étnico, lenguajes, etcétera.

El esclarecimiento de lo inconsciente institucional se vincula no solo a la intervención y consulta con el analista institucional externo, sino también al trabajo de analizadores naturales y a los analizadores históricos de las instituciones, entonces es como el socioanálisis interviene con ;

a). La situación analítica, donde es posible descifrar las relaciones que los grupos y los individuos mantienen con las instituciones, de manera objetiva, imaginaria o  fantástica, en el análisis de una situación dada.

b). El analista puede ser el consultor externo o algunos dirigentes formales o informales de la misma institución, capaces de revelar lo inconsciente institucional.

c). El analizador es el catalizador institucional,  que permite revelar la estructura de una institución provocándole a hacerse manifiesta, puede ser de orden psicosocial que alude a la aspecto empírico del o de los grupos,  o bien psicoanalítico que es el aspecto inconsciente del grupo a través de un emergente [5] . El analizador se asocia a conductas económicas, libidinales o políticas.

Solamente se han mencionado algunas de las categorías elementales del análisis institucional. Mediante una metáfora se puede comprende la relación existente entre la organización y la institución: se diría que la institución es al alma como la organización es al cuerpo.

Querétaro, Qro., 3 de diciembre de 2001


[1] Para una mejor comprensión del presente artículo, remitimos al lector al artículo: “La autogestión pedagógica y el análisis institucional“, publicado en la sección “Política Educativa” de este mismo sitio.

[2] René Lourau.  “Hegel y el derecho objetivo” en Análisis Institucional. Buenos Aires, Amorrortu editores,  1975. pp. 36-54.

[3] Ibid.  p. 92.

[4] Mariano Ortega. “Dimensiones organizacionales. Hacia una comprensión del comportamiento organizacional”, en: “Bases para la administración en instituciones educativas”. Querétaro, México. CIIDET. Abril de 1982. Mimeo.

[5] El  emergente es un concepto de psicoanálisis de grupos, que se difundió extensamente en el ámbito educativo con los “grupos operativos” y refiere a un miembro del grupo que focaliza una conducta específica “atípica” que llama la atención por su intensidad, o impertinencia con relación a los objetivos grupales. Se interpreta como la expresión de la ansiedad o las ideas inconscientes del grupo.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *